Fueron muchas las mujeres, las que por diferentes motivos, se vieron obligadas a huir de su país. Muchas de aquellas mujeres, tuvieron la difícil cruzada de ser mamás en una época de adversidades como fue la guerra y la posguerra. Algunas perdieron sus bebés, pero no por ello se desanimaron ni dejaron que el desánimo les envolviera en su lucha por sobrevivir. Una época en la cual la solidaridad entre los refugiados fue primordial para subsistir.
Assumpta. Comenzaremos explicando que hace
semanas que paso por Rubí, porque Rubí es una ciudad que tiene una actividad cultural
importante, y en el caso que ocupa en las conferencias sobre mujeres, porque
comenzamos hablando sobre las mujeres de " El silenci dels telers",
estas mujeres que trabajaron en las colonias textiles, en fábricas en las que
se dejaron la piel y la vida delante de aquellos telares, pero hoy me gustaría
hablar de otra temática que también es de mujeres, que también es de una
perspectiva femenina, para mi puede ser es el tema que personalmente puedo
explicar que me va a girar la vida , tanto a nivel personal como a nivel
profesional, es la historia de la Elizabeth Eidenbenz, la
fundadora de la maternidad de Elna ,otra mujer, que ha estado olvidada durante
70 años, que pienso que encontré por casualidad . Para entender un poco como
fue la vida de esta mujer, de la Elizabeth Eidenbenz , esta joven profesora que
comenzó a ayudar a las mujeres embarazadas que estaban en las playas del
sureste de Francia exiliadas, tendría que comenzar por el principio, mi faena
como historiadora siempre ha sido intentar recuperar el pasado de la gente,
pero de las personas más anónimas, porque hubieron exilios y exilios, exilios
de primera y exilios de segunda. Para mi la historia de estas personas anónimas
es importante, porque podrían ser como nosotros.
A. Y tras unos días te dicen: ¿ y todavía estás aquí ? ¿ Y por que quieres
que te explique mi vida?, si mi vida no interesa a nadie, si siempre mandan los
mismos, si no arreglaremos nada , si esos que no están ya no volverán, y cuando
llegamos a este punto, es cuando les digo, justamente por estos que no están,
usted me tendría que explicar su vida, porque cuando usted falte si no hay
escritos sobre esta persona que ya no está, todo esto lo acabaremos olvidando,
porque todos nacemos, vivimos y morimos, la única cosa que no muere nunca es la
palabra escrita. Es entonces cuando se dan cuenta que recuperar este pasado es
importante aunque haga daño, y la próxima vez que me ven, me dicen: mira, que
sabía que vendrías y he preparado una caja que tenia guardada en las
buhardillas de casa, que está llena de fotografías antiguas, de cartas, de
aquel tiempo, de recortes de diarios de la época, cosas que no tiran nunca,
porque eso es su vida. Cuando llego delante de esta caja llena de recuerdos,
llena de andróminas del pasado es cuando comienza realmente mi trabajo y estoy
al lado de esa persona con mucho cuidado, porque se que estoy delante de material
sensible, no estoy en un archivo frío de un registro civil pasando papeles,
estoy delante de una persona con sentimientos, que a menudo me hace parar la
grabadora porque está llorando, recordando a los que ya no están, este es mi
trabajo, y también se que a partir de un momento mis preguntas ya no son tan
fáciles de contestar, porque cuando a un exiliado le pregunto ¿ usted por qué
marchó? y cuando marchó, ¿ qué se llevó?, o ¿ qué dejó?, ¿ qué puso dentro de
la maleta? y cuando marchó hacia Francia ¿ qué camino hizo ?, y ¿ cómo lo hizo?
¿ a pie, en coche, en camión, en carro, en bicicleta? y cuando llegó a la
frontera ¿ qué le hicieron?, ¿ y por qué se lo va dejar hacer? ¿ y por qué
volvieron los que volvieron y por qué no volvieron los que no volvieron?. Como
veis son preguntas difíciles, pero para que entendáis mejor cual es mi trabajo,
valdría compartir con vosotros dos testimonios, con los cuales yo aprendí
perfectamente lo que era el exilio, el primer era un oficial republicano, me dijo que perdió la
guerra y tenia que marchar, me dijo, soy teniente de la República, todavía con
aquel orgullo, me confesó que lo primero que decidió es que lo que más quería,
su mujer y su hija de cuatro meses se quedarían en Barcelona, porque puede ser
allí a donde iban no las podría proteger, con aquella pena en el alma, llegó a
su casa, cogió una maleta, la comenzó a llenar de ropa, es la primera cosa que
hace cuando marchas deprisa y corriendo, cuando quiso cerrar la maleta, la
maleta no cerraba, estaba demasiado llena, la comenzó a vaciar y justo en ese
momento se dio cuenta que tenía que coger cosas que formasen parte de aquel
mundo que estaba apunto de dejar atrás, vio los cuatro libros que su padre le
dejó antes de morir, puso unos cuantos en la maleta, me dijo, mi padre era
poeta, puso unos cuantos por recuerdo a su padre, fue hasta el comedor a buscar
la fotografía del día de su boda, la puso también dentro de la maleta, y se fue
deprisa y corriendo, lo venía a buscar un camión de su regimiento que lo llevaría
hasta la frontera, me dijo que estuvo llorando todo el rato en aquel camión
hasta que perdió de vista la puerta de su casa, su calle, su barrio, y después
por la carretera de la costa, la que iba de Barcelona a Gerona, iba llena de
gente, llena de punta a punta, el tiro de salida había sido el 26 de enero del
año 1939, cuando los franquistas estaban en las puertas de Barcelona. Todo el
mundo marchaba con lo poco que tenía encima, había gente que se llevaba
colchones de gas en la cabeza, pañuelos llenos de ropa, comida, animales
encerrados en jaulas improvisadas, y dice, pero lo que más me impresionó fue su
silencio, el silencio de los vencidos, un silencio que solo era roto por el
ruido de los aviones que iban bombardeando una y otra vez a la población civil
que huía, no entendía porque nos bombardeaban, me decía, ellos ya habían ganado
la guerra en Cataluña, pero cada vez que se acercaban los aviones, tenían que
saltar del camión y escondernos bajo los árboles del camino y esperar que
parasen aquellas bombas, después veía a gente herida en el suelo, no los podías
ayudar, como mucho cogerlos y apoyarlos en un árbol y continuar. Continuar en
aquel camión, nosotros éramos unos privilegiados, la mayoría de gente iba a
pie, fuimos en el camión hasta que se acabó la gasolina, después a pie como
todo el mundo, llovía, hacía frío, mucho frío, y eso hacía que la gente fuera
vaciando la maleta a cada curva porque pesaba demasiado, y eso marcaba el
camino del exilio, porque a lado y lado de la carretera había maletas abiertas,
ropa esparcida, gente que quemaba pequeñas hogueras de documentación que los
podría comprometer, animales que iban ya perdidos arriba y abajo,
desorientados, y yo también iba vaciando la maleta a cada curva, me dijo, y
cuando llegué a aquella raya invisible, que es la frontera, me di cuenta que
llevaba mi maleta vacía, vacía como mi vida. Y le digo esto, para que entienda
una cosa, la guerra es muy destructiva evidentemente que lo es, pero el exilio
todavía lo es mucho más, porque el exilio te quita lo poco que te ha dejado la
guerra, te quita la familia, te quita los amigos, te quita el pueblo, te quita
el país, te lo quita todo, y cuando llegas delante de aquella raya, vas ligero
de equipaje, las pocas cosas de valor que llevas encima, una alianza de boda,
una medalla, lo tienes que cambiar con aquellos especuladores que se colocan en
la frontera, que te cambio eso por cuatro panes pasados y floridos, esto es lo
que es el exilo señora, me dijo, no es solo cifras y estadísticas como usted me
explica, en el exilio están mis sentimientos, un sentimiento que lo has perdido
todo, absolutamente todo.
A. Lo acabé de aprender con un señor que era
de Montornés del Vallés, era el presidente de la asociación sardanista de su
pueblo, me dijo, tenía que marchar, ya me habían avisado que si me quedaba, me
matarían por catalanista, marchó deprisa y corriendo también, se fue hasta
Francia, entró a Argelès, se escapó. Luchó al lado de los franceses, en la
resistencia, esperando que cuando los aliados ganasen la segunda guerra
mundial, estos entrarían a España para sacar fuera a Franco, pero se quedó con
un palmo de narices, como todos, del disgusto que tubo, no quiso volver a
Cataluña, se quedó en Francia y se casó con una chica francesa, rehizo su vida,
tubo dos hijas con esta chica, y se quedó allí, yo siempre iba a verlo porque
tenia fotografías, tenía un buen archivo de aquel exilio y me gustaba mucho ir
a verlo porque a pesar de que te explicaba miserias de guerras, tenía un buen
sentido del humor que te hacia reír, siempre que iba, me decía tu avísame,
porque me preparaba siempre un plato de higos secos, que no me han gustado
nunca, y un vaso de vino que era dulce y tampoco me gustaba, pero es igual, el
me lo preparaba y yo me lo tomaba. Un día le dije, Franco ya hace tiempo que
está muerto podrías volver hacia Montornés, nadie te busca, y el me dijo, no,
yo volveré cuando venga la tercera República, no volveré hasta que marche el
rey, porque este rey fue puesto por el dedo de un dictador y por lo tanto hasta
que no venga la tercera República yo no vuelvo, y de aquí no lo sacabas, hasta
que un día me avisaron sus hijas diciéndome de que había tenido una especie de
angina de pecho, un ataque de corazón, no se, pero pobrecito, se murió, y me
pidieron que debido a la adoración que yo tenia por él haber si le podía hacer
un pequeño escrito, para leer el día de su entierro y así lo hice. Cuando ya
marchaba, cuando iba hacia el cementerio, vi que sus dos hijas encima de la
caja de muertos colocaban un pequeño paquete, desde lejos no vi que era, pero
intuí que era algo importante, por toda la emoción que había en el gesto,
cuando marché le pregunté a la hija mayor, ¿ qué era este paquetito que habéis
puesto encima de la caja del padre ?.
Assumpta durante la conferencia
Me dijo, tú sabes que el
padre era de Montornés del Vallés, él siempre nos explicó que el día que marchó
hacia el exilio solo le dieron diez minutos para coger lo que le hiciera más
falta y él siempre nos decía, que coges en diez minutos cuando sabes que no
volverás nunca más, dice que iba arriba y debajo de la casa buscando alguna
cosa, no sabía que coger, hasta que finalmente salió detrás de la casa, allí
tenía un pequeño huerto, nada un trozo, nada del otro mundo, supongo, pero ese
huerto era su vida, se pasaba todas las horas del mundo, se dio cuenta que
quizás no volvería nunca más a ver aquel huerto y con aquella impotencia,
aquella pena, cogió un trozo de tierra del huerto, la apretó bien fuerte en la
mano, y cuando abrió la mano tenia la tierra compactada en las manos, y con un
gesto inconsciente sin pensárselo mucho, cogió aquel trozo de tierra, lo
envolvió con un pañuelo de bolsillo y marchó hacia el exilio. Siempre había
guardado este trozo de tierra de su huerto y como supongo que debía entender
que eso de la tercera República iba para largo, había dejado dicho a su familia
que el día que se muriera, si no había vuelto, este trozo de tierra se iba con
él. Aquel paquete era un trozo de tierra de su huerto.
Aquel día entendí otra cosa, que el estigma del exiliado es la añoranza,
porque están desarraigados, porque no son ni de aquí ni de allá, no son de aquí
porque el país que dejaron atrás está tan cambiado, que sencillamente ya no
existe, y no son de allá porque muchas veces en el país de acogida. sobretodo
si hablamos de la primera generación, son considerados ciudadanos de segunda
categoría, ellos dicen que son del exilio, como si el exilio fuese un país,
pero de hecho no son de ningún lado, y solo vuelven cuando mueren, cuando vamos
por ejemplo a visitar la tumba del poeta Machado siempre hay botes de tierra en
su tumba, tu lees y ves, tierra de Sevilla, o tierra de Soria, o tierra
española, eso es el exilio, es la raíz que te quitan de golpe y te quedas
desamparado. Cuando piensas que la libertad está en el otro lado de la frontera
y que te has equivocado, eso es el exilio.
La escritora, nos relata las calamidades que ocurrieron en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer fue un campo de internamiento construido por el gobierno de Francia en una playa de la localidad de Argelès-sur-Mer, en la costa mediterránea del país, para albergar a parte de los 550.000 refugiados que traspasaron la frontera, huyendo de España tras el fin de la Guerra Civil Española, en 1939. Se calcula que unas 100.000 personas fueron recluidas en este recinto, la zona se cercó con alambre de espino. Les custodiaban tropas coloniales, marroquíes y senegaleses, y algunos gendarmes. La situación se tornó caótica: no había campamentos de barracas, letrinas, cocina, enfermería ni siquiera electricidad, y comenzaron a multiplicarse los casos de disentería. Los enfermos y heridos colapsaron los hospitales de la región, y se establecieron dos campos próximos: Saint-Cyprien y Barcarès.
De Espinosa Nuria y Assumpta Montellá
Con Assumpta Montellá
A. Estoy totalmente de acuerdo contigo, porque el otro día hicimos por ejemplo una salida con chicos de un instituto y se hablaba de esto justamente, que ahora con la crisis la solidaridad de esta historia tiene que entran también en la vida de las personas, de nuestro mundo, porque cuando tenemos de todo la solidaridad no cuenta, pero justamente cuando todos tenemos poco, la solidaridad sirve para evitar el egoísmo que sale de la supervivencia y por tanto, esta mujeres evidentemente, pues sirven pues para meterle coraje y que las mujeres tomen ejemplo, a mi por ejemplo cuando hablaba con las mujeres de Argelès, ellas me contaban, los hombres en general, bueno siempre hay casos muy concretos que no, los hombre siempre estaban ahí tirados en la arena, lamiéndose las heridas, las heridas de guerra, las heridas morales, y las mujeres pues enseguida hicieron un barracón, hicieron una escuela, que le llamaron Canigó a la escuela, y empezaron a sacar a los niños, y claro si que es muy difícil entender como una mujer puede prostiuirse para poder salvar a sus hijos, pero yo que he hablado con estas mujeres, me decían, no es difícil, es lo que tenías que hacer cuando tocaba, solo hay que cerrar los ojos, claro, entonces te das cuenta de la fuerza que tiene una mujer, te lo explican con tanta seguridad, cuando ven que el fin tiene que ser salvar a los niños, yo me quito el sombrero delante de estas actitudes, y dices si hay que hacer se hace y ya está, son pequeñas cosas que te van gustando. Es lo que tu decías que en momentos de crisis, en momentos de sobretodo de peligro, la supervivencia de la especie, quien lleva la voz cantante es la mujer. Las personas tenemos que sumar, sumar, el género que sea.
Igualmente hemos tenido la posibilidad de entrevistar para nuestro blog a una de las fundadoras de esta magnifica iniciativa, a la escritora De Espinosa Nuria
N. ¿ Cómo nace? Pues mira nace porque, bueno tu ya sabes que soy escritora y poeta, entonces las mujeres no se por qué siempre hemos tenido una pequeña dificultad para darnos a conocer, para ir avanzando, dar pequeños pasos, entonces, yo pensé, de qué manera podría ayudar a más mujeres a darse a conocer y publicitar sus obras, sus creaciones, sea pintura, fotografía, poesía, lo que fuera en general, entonces decidí fundar una asociación, y el objetivo de la asociación es ese, el dar las herramientas necesarias a las mujeres, pues para darlas a conocer, bien sea presentaciones, charlas, tertulias, exposiciones, recitales, todo tipo de actividades en las que damos a conocer a las socias y sus obras.
N. Exactamente
N. Reunirnos nos reunimos cada vez que vamos a hacer una actividad, pues entonces nos reunimos para prepararla, decidir un tema sobre lo que queremos hacer, o cuando hay una propuesta, no tenemos un día fijo, lo mismo nos podemos reunir en un mes tres veces, o dos, como reunirnos una vez cada mes o cada dos meses, va en relación según a las actividades, lo que vamos necesitando. Normalmente preparamos un programa anual, siempre a primeros de cada año
N. Pues llevamos dos años, y ver que en estos dos años la evolución a sido vertiginosa, exponemos en Barcelona, estamos ya en Terrassa, Caldes, Badalona, bueno está teniendo una expansión, un seguimiento de ciudadanas buenísimo, la verdad es que estoy asombrada sinceramente, a día de hoy cada vez que vamos organizando cosas hay muy buena participación de la gente, y yo cada vez estoy más contenta, cada vez hay más socias y cada vez más gente que se anima, porque hay gente que se piensa, o te viene y te dice es que yo pinto, en mis ratos pues hago estas esculturas, pero vaya que no tiene importancia, y digo ¿ cómo que no tiene importancia?, tú creas, lo tuyo es arte y si te gusta lo que haces tienes que mostrarlo, ósea no puedes pensar que no eres nadie no, eres una mujer creativa, tú tienes que mostrarlo, no te tienes que sentir avergonzada de pensar no soy nadie, yo tampoco soy nadie, pero doy a conocer lo que hago que es lo importante, valorar lo que hacemos.
"Un hombre hace lo que puede. Una mujer hace lo que el hombre no puede” Isabel Allende
Isabel Sánchez y De Espinosa Nuria.
N. Si, que dudan de si mismas, que se piensan que no tiene valor lo que hacen, no claro que tiene valor, muchísimo valor, ósea yo creo que cualquier persona que dedica una hora al día para hacer lo que le gusta, tiene valor suficiente, entonces nosotros pues le damos la oportunidad, porque claro a través de la asociación tiene acceso a las instalaciones municipales, tienes más facilidad para contactar con las personas, utiliza todas las herramientas necesarias, claro la asociación da facilidad porque, porque no tienes que pagar salas y si tuvieras que pagarlas pues no podrías, tuvieras que contactar con los departamentos de cultura sin ser asociación y serian puertas que te cierran continuamente y para eso funde la asociación para evitar todas esas trabas que se van poniendo.
N. Exacto, exacto.
N. Ahora mismo somos 30 socias
N. Gracias.
De Espinosa Nuria, escritora
"Cuando capacitas un hombre, solo capacitas un hombre, pero cuando capacitas una mujer, capacitas una familia"
Gracias Mauricio por tus presencia, tu interés y ese magnetismo tan especial que tanto tu como Isabel transmitiís y que nos envuelve en una nube de hermosa serenidad... tienes madera periodistica, un fuerte abrazo.
ResponderEliminarGracias a ti Nuria por invitarnos.
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